martes, 3 de marzo de 2015

Whiplash (Damien Chazelle, 2014): La defensa del Profe Fletcher

De que se trata esto

A estas alturas, hablar de Whiplash, la gran ganadora de los Oscar recién pasados, puede ser reiterativo. Pero con el cortometraje de la película dando vueltas por la red, es inevitable querer seguir mirando la historia, que en excelentes actuaciones, nos dejó queriendo más. 

La historia ya se está haciendo conocida, pero revisemosla: el obsesivo profesor de música Terence Fletcher (JK Simmons) exprime hasta el infinito a un no-particularmente-brillante-pero-entusiasta estudiante de batería de jazz. El profesor es exigente y sus métodos son muy impopulares, pero nada de eso es capricho. La música suena en su cabeza y por lo mismo, sabe exactamente como tiene que sonar lo que él quiere que suene. Claramente, al estudiante las cosas se les van a hacer complejas, porque ¿cómo puede alguien en la cabeza de Fletcher y entender lo que quiere ?

Curiosamente, es el mismo personaje quien nos está dando la clave todo el tiempo.


Not my fucking tempo!!!

Las cosas son simples. Fletcher conoce al dedillo lo que quiere escuchar. Por eso, su indignación emerge cada vez que sus músicos no dan con el "tempo" que él está exigiendo. Y aquí viene el tema más conflictivo. ¿Es necesaria tanta violencia, Terence?

Fletcher en su salsa
Desde la perspectiva de Fletcher, es la única forma. El intérprete no tiene ninguna importancia para él (cambia de músico a cada rato y puede lanzarlos a duelo si es necesario). Lo único que importa es lo que está sonando, y por eso aquello de  "not quite my tempo" se está convirtiendo en frase de culto. Así mismo, Fletcher sabe que la perfección no es posible, pero también sabe que si se bajan los brazos, el proceso se estanca. No insiste para obtener la perfección; insiste para que no dejen de buscarla.

Fletcher no se distancia tanto de algunos amigos que han ido a ver a sus bandas favoritas y han salido decepcionadas porque "no suenan como antes". La diferencia, obviamente, es que ninguno de ellos ha terminado gritándole a la banda, y si lo han hecho, la banda no se ha dado cuenta. En este caso, los estudiantes si se dan cuenta y sienten que sufren más de lo necesario. ¿No se supone que la música es para pasarla bien?


Aplacar al Ego (así, con mayúsculas) 


A nadie le importa
Andrew Neiman (Miles Teller) es el joven estudiante que se pone la soga al cuello desde el momento en que declara "estar ahí por una razón". Lo que no sabe es que las razones por las cuales él cree estar ahí no son las correctas. Esto, porque extrañamente, cada vez que aparece un exceso de confianza en él, las cosas salen pésimo. Es en el rigor y en la desconfianza de sus habilidades en donde va a aparecer un nuevo Andrew, para entender que aquí, más que el reconocimiento y el levantamiento de su ego, lo que importa es la música, que veleidosamente, si él no es capaz de interpretarla, será ejecutada por alguien más.

Lo lamento, Andrew. A nadie le interesa que vayas a convertirte en el nuevo Buddy Rich.


Todos somos Terence Fletcher

Whiplash es una película brillante, que juega con nuestros sentimientos.Su montaje nos permite estar dentro de ella y vivir la tensión de los personajes. Sin embargo, donde creo realmente nos pega es en la historia, que nos lleva a ratos a identificamos con el profesor y su permanente exigencia; y en otros momentos con el alumno, buscando la perfección.

Con todo, en esta justa quien termina ganando es Fletcher. Independiente de que Andrew logre llegar donde quiere, es Fletcher quien finalmente podrá escuchar el sonido que busca. Y eso, para quienes gozamos y amamos la música, y que defenderemos a Terence Fletcher y su polémico método hasta el final, es más que suficiente.